El trabajo de laboratorio requiere a menudo manipular muchas clases de sustancias químicas, desde ácidos, bases y productos químicos orgánicos e inorgánicos, hasta solventes con grupos funcionales diferentes, cada uno con un riesgo distinto para la salud durante la exposición. Estos riesgos para la salud van desde quemaduras e irritaciones cutáneas hasta trastornos respiratorios y efectos cancerígenos. La salpicadura química es el riesgo o incidente más común en un laboratorio. Por ello es necesario proteger a los investigadores de todo el amplio espectro de sustancias químicas manipuladas, incluyendo también nuevos agentes químicos que no han sido aún sometidos a pruebas toxicológicas.