En la mayoría de los entornos industriales, las tareas manuales repetitivas son un requisito diario inevitable, ya que los operarios realizan actividades manuales muy intensivas, como levantar o bajar, empujar o tirar y manejar o sujetar herramientas y otros objetos.
Las tareas que requieren movimientos repetitivos de manos y brazos pueden provocar fatiga manual, lo que a su vez ejerce más presión sobre otras partes del cuerpo y puede provocar lesiones.
El auténtico coste económico de las lesiones en el lugar de trabajo es mayor que la pérdida de tiempo o de salarios. Los gastos médicos provocados, la reducción de la producción y el aumento de las indemnizaciones por accidentes de trabajo son algunos de los aspectos más obvios y cuantificables, pero a menudo también existen costes ocultos.
Aunque es más difícil de medir, el aumento de las tasas de lesiones en el trabajo puede contribuir a aumentar los niveles de estrés o ansiedad entre trabajadores y afectar tanto a la moral como a la productividad.
Identificar y gestionar los riesgos antes de que surjan problemas significa a menudo reconocer unas relaciones menos obvias y optar por equipos de protección individual (EPI) diseñados ergonómicamente teniendo en cuenta las condiciones y tareas específicas.