Las ventas de vehículos eléctricos (EV), coches y motocicletas, están aumentando a buen ritmo debido al creciente interés de consumidores concienciados con el medio ambiente que optan por reducir el uso de combustibles fósiles. Al usar sistemas de almacenamiento de energía, como las baterías de iones de litio, estos vehículos presentan una serie de riesgos para la seguridad que hacen necesario el uso de equipos de protección individual (EPI) diseñados para los riesgos químicos, eléctricos y térmicos.
Las intervenciones en este tipo de vehículos eléctricos están asociadas a riesgos de daños y lesiones que afectan a muchos profesionales, como los bomberos, el personal de rescate y de primera respuesta, los equipos de limpieza, los trabajadores de centros de reciclado y gestión de residuos, los operarios de grúas, los mecánicos de automoción y otros profesionales del sector del automóvil, como los chapistas o los pintores, o los instaladores de equipos posventa.
Hay que prestar atención a la hora de trabajar con vehículos eléctricos en cualquier ámbito, incluidos los profesionales que trabajan en la recuperación de accidentes, como los primeros intervinientes, los equipos de limpieza y los operarios de grúas. La magnitud del riesgo de lesiones requiere disponer de una gama adecuada de EPI, incluida ropa y protección de manos.