Las baterías de iones de litio (Li-ion) se han convertido en el caballo de batalla indiscutible del mundo moderno, alimentando desde nuestros teléfonos inteligentes hasta vehículos eléctricos e incluso plantas de almacenamiento de energía a gran escala. Su adopción generalizada puede atribuirse a sus impresionantes características, que las hacen destacar en el ámbito de la tecnología de baterías.
Sin embargo, es importante reconocer que la tecnología de iones de litio conlleva sus propios retos. Estas pilas no están exentas de peligros y riesgos químicos. Son más sensibles que las típicas baterías de plomo-ácido.