La terapia con células T CAR, un enfoque innovador para tratar ciertos tipos de cáncer, se basa en la modificación genética de las células inmunitarias del paciente para que se dirijan a las células cancerosas y las destruyan. Este complejo proceso requiere procedimientos de laboratorio altamente especializados, y es esencial dar prioridad a la seguridad de las células modificadas, del paciente y de los profesionales sanitarios implicados.
Este artículo profundiza en el proceso de modificación genética de las células T CAR, el papel crucial que desempeña el control de la contaminación y la función crítica de los equipos de protección individual (EPI) para mantener un entorno seguro.
El proceso de modificación genética de las células T CAR
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Recogida de células T:
- El proceso de terapia con células T CAR comienza con la recogida de las células T del paciente mediante leucaféresis, un procedimiento similar a la donación de sangre.
- La leucaféresis separa las células T de otros componentes sanguíneos, lo que garantiza una alta concentración de las células diana.
- Garantizar un entorno de recogida limpio y estéril es esencial para evitar la contaminación, ya que cualquier compromiso al inicio del proceso puede afectar a la eficacia de la terapia.
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Aislamiento y activación:
- Una vez recogidas, las células T se aíslan y se activan en el laboratorio. A continuación se cultivan para garantizar que están en estado activo y listos para su modificación.
- Una vez recogidas, las células T se aíslan y se activan en el laboratorio. A continuación se cultivan para garantizar que están en estado activo y listos para su modificación.
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Modificación genética:
- La modificación genética es un paso fundamental en el proceso de las células T CAR. Los científicos introducen una nueva secuencia genética en las células T para que puedan expresar el Receptor Antígeno Quimérico (CAR).
- Este CAR está diseñado para reconocer antígenos específicos que se encuentran en la superficie de las células cancerosas.
- Normalmente se utilizan vectores lentivirales o retrovirales para introducir el gen CAR en el genoma de las células T. El estricto control de la contaminación garantiza la integridad del proceso de modificación genética.
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Expansión:
- Tras la modificación genética, las células T CAR se expanden en cultivo para crear una población mayor de estas células inmunitarias especializadas. Este paso garantiza que haya suficientes células T CAR para generar una respuesta inmunitaria eficaz.
Figura 1: Visión general del proceso de reprogramación de células T CAR mediante receptores antigénicos quiméricos (CAR).
- Tras la modificación genética, las células T CAR se expanden en cultivo para crear una población mayor de estas células inmunitarias especializadas. Este paso garantiza que haya suficientes células T CAR para generar una respuesta inmunitaria eficaz.
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Control de calidad:
- Se aplican rigurosas medidas de control de calidad para garantizar que las células T modificadas sean seguras y eficaces. Esto incluye la evaluación de la pureza, viabilidad y funcionalidad de las células T CAR.
- Se aplican rigurosas medidas de control de calidad para garantizar que las células T modificadas sean seguras y eficaces. Esto incluye la evaluación de la pureza, viabilidad y funcionalidad de las células T CAR.
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Infusión en el paciente:
- El último paso consiste en infundir las células T CAR modificadas en el torrente sanguíneo del paciente. Esta infusión marca el inicio de la fase terapéutica, en la que las células T CAR reconocen y atacan a las células cancerosas con el antígeno diana.
- El último paso consiste en infundir las células T CAR modificadas en el torrente sanguíneo del paciente. Esta infusión marca el inicio de la fase terapéutica, en la que las células T CAR reconocen y atacan a las células cancerosas con el antígeno diana.
Medidas de control de la contaminación
El control eficaz de la contaminación es imprescindible durante todo el proceso de modificación genética de las células T CAR para mantener la integridad de la terapia y garantizar la seguridad tanto de los pacientes como del personal de laboratorio. Entre las medidas clave de control de la contaminación se incluyen:
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Técnicas estériles: El personal de laboratorio debe seguir estrictamente las técnicas estériles, incluido el lavado de manos, el uso de batas y guantes, para garantizar que todos los equipos y materiales utilizados sean estériles.
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Cabinas de seguridad biológica (CSB): La modificación genética de las células se lleva a cabo en cabinas de seguridad biológica de clase II, que proporcionan un entorno controlado y estéril. Estos armarios ayudan a contener posibles contaminantes y a proteger a los trabajadores del laboratorio.
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Instalaciones de salas blancas: La producción de células T CAR suele tener lugar en salas blancas de clase ISO, diseñadas específicamente para mantener altos niveles de limpieza y controlar la contaminación por partículas.
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Barreras de aislamiento: Las barreras físicas de aislamiento, como las campanas de flujo laminar y los sistemas cerrados, se utilizan para evitar la contaminación durante los procesos de manipulación y cultivo de células.
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Control rutinario: La vigilancia periódica de la calidad del aire, la contaminación de las superficies y la presencia de microbios en los laboratorios es esencial para identificar y tratar rápidamente las posibles fuentes de contaminación. Entre las herramientas de control habituales se encuentran los contadores de partículas y los muestreadores microbianos.
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Eliminación de residuos: La eliminación adecuada de los materiales de desecho, incluidos los equipos potencialmente contaminados y los residuos biológicos, es crucial para prevenir la contaminación. La eliminación de materiales contaminados, incluidos los objetos punzantes, es vital para evitar cualquier exposición accidental del personal.