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Peligros del polvo para guantes

Históricamente, el uso de polvo en los guantes médicos ha servido para facilitar el enguantado, retirar el guante del molde durante el proceso de manufactura y evitar que los guantes se peguen en el envase final. El 21 de marzo de 2016, la Administración de Alimentos y Medicamentos anunció una propuesta para prohibir la mayoría de los guantes con polvo en Estados Unidos.1 El 19 de diciembre de 2016, la FDA publicó una norma final que prohibía los guantes con polvo basándose en el riesgo irrazonable y sustancial de enfermedad o lesión para las personas expuestas a los guantes con polvo.2 Los riesgos tanto para los pacientes como para los profesionales sanitarios cuando el tejido corporal interno se expone al polvo incluyen inflamación grave de las vías respiratorias y reacciones de hipersensibilidad. Las partículas de polvo pueden desencadenar además la respuesta inmunológica del cuerpo, provocando la formación de tejido alrededor de las partículas (granulomas) o de tejido cicatricial (adhesiones) que pueden provocar complicaciones quirúrgicas. La norma, que entró en vigor el 18 de enero de 2017, se aplica a los guantes de examen del paciente, los guantes de cirujano con polvo y el polvo absorbible para lubricar un guante de cirujano.2 Esta prohibición de los guantes con polvo sigue extendiéndose a otras regiones del mundo. Siga leyendo sobre los peligros del polvo para guantes, la importancia de implementar este cambio práctico y el proceso de transición a alternativas de guante sin empolvar.