Equipos de protección personal como unos guantes antiestáticos ayudan a mantener el estado de un cuarto limpio. Se trata de cuartos diseñadas para la fabricación de productos electrónicos, cuyas particularidades las hacen sensibles a las condiciones del entorno. Una descarga de electricidad estática o la presencia de demasiadas partículas flotantes puede arruinar la producción, así que los EPP deben resultar efectivos para que el proceso en el que intervienen no fracase.
¿Por qué hay que controlar las condiciones de los cuartos limpios?
Existen varias razones que explican la necesidad de mantener unas condiciones específicas en los cuartos limpios. La principal hace referencia a la protección del producto y sus componentes. Esto se debe a que la fabricación de dispositivos electrónicos es muy sensible a la contaminación por partículas. Lo mismo ocurre con las bacterias o los productos químicos, sobre todo con los más agresivos. De hecho, su presencia es suficiente para afectar las propiedades físicas de los aparatos.
Además, es indispensable para minimizar los desperdicios, ya que un pequeño desajuste podría inutilizar varios componentes. También cabe la posibilidad de que el producto final sea defectuoso o que se tenga que desechar por estar contaminado. Todo esto no solo genera residuos, sino que supone un coste que ninguna empresa está dispuesta a asumir.
Por último, un ambiente controlado contribuye a proteger a los trabajadores de diferentes riesgos laborales. En este caso, es más sencillo que su salud no se vea dañada por una sustancia química peligrosa o por entrar en contacto con partículas potencialmente dañinas.
¿Qué garantiza la efectividad de un EPP?
La principal garantía reside en el diseño de los guantes con certificación ESD. Por ejemplo, los Nitrilite™ 93-311 se fabrican para que sean compatibles con cuartos limpios de clase 100 (ISO 5). Es decir, son aptos para su uso en espacios en los que se permite hasta 29 partículas de 5 micrómetros o menos en el mismo volumen. Por lo tanto, no contribuirán a introducir ningún resto por desprendimiento.
Otro punto para tener en cuenta son los materiales con los que se produce el EPP, pues su calidad y proceso de fabricación tiene que ser alta para que la emisión de partículas sea baja. También debe poseer propiedades antiestáticas o evitar la atracción de contaminantes. Gracias a que está fabricado en nitrilo, el MICROFLEX® modelo CE5-755 se adapta sin problemas a los cuartos limpios. Presenta niveles bajos de contenido iónico, lo que previene descargas eléctricas.
Sin embargo, la mayor garantía de efectividad de cualquier equipo de protección contra electroestática es si está o no homologado. En este sentido, tiene que cumplir con los requisitos de los principales estándares y normativas. Sin ellos, no se contaría con una demostración fiable de que el equipamiento se adapta a los requisitos.
La efectividad de los guantes antiestáticos o cualquier otro EPP para un cuarto limpio depende de varios factores. En Ansell los tenemos muy en cuenta para fabricar nuestros productos. Desde los materiales hasta el cumplimiento de las normativas, apostamos por los mayores estándares de calidad.